El piloto finlandés de la escudería del cavallino rampante, Kimi Räikkönen, encara un final de temporada con la gran convicción de poder arrebatarle la segunda posición al equipo de las bebidas energéticas, una tarea harta complicada debido a la inmensa mejora que ha sufrido el equipo austríaco.
Después de un arranque de temporada con la idea de arrebatarle el monopolio a Mercedes y con un ritmo que bien podían molestar a los alemanes, el equipo de maranello se ha ido desinflando y perdiendo competitividad hasta que en las últimas carreras fueron adelantados por un equipo Red Bull con un renovado motor Renault que les permitía enfrentarse a las todopoderosas flechas de plata.
Quedan ocho carreras para que termine la temporada y Räikkönen se marca por objetivo que Ferrari sólo pierda ante el campeón en el Campeonato. El déficit es de sólo 11 puntos, pero ahora vienen circuitos en los que Red Bull tendrá una gran ventaja, como Singapore, Suzuka, Austin... y tendrán que esforzarse al máximo para ganarles.